La
mayoría de las hortalizas contienen gran cantidad de vitaminas y minerales y
pertenecen al grupo de alimentos reguladores en la rueda de los alimentos, al
igual que las frutas. La vitamina A está presente en la mayoría de las
hortalizas en forma de provitamina. Especialmente en zanahorias, espinacas y
perejil. También son ricas en vitamina C especialmente pimiento, perejil, coles
de bruselas y brócoli. Encontramos vitamina E y vitamina K pero en mucha menos
cantidad en guisantes y espinacas. Como representante de las vitaminas del
grupo B tenemos el ácido fólico que se encuentra en las hojas de las hortalizas
verdes. El potasio abunda en la remolacha y la coliflor; el magnesio en
espinacas y acelgas; el calcio y el hierro está presente en cantidades pequeñas
y se absorben con dificultad en nuestro tubo digestivo; el sodio en el apio.
Sustancias
volátiles: La cebolla contiene disulfuro dipropilo, que es la sustancia que hace
llorar.
Lípidos
y proteínas: Presentan un contenido bajo de estos macronutrientes.
Valor
calórico: La mayoría
de las hortalizas son hipocalóricas. Por ejemplo 100 gramos de acelgas solo
contienen 15 calorías. La mayoría no superan las 50 calorías por 100 gramos
excepto las alcachofas y las patatas. Debido a este bajo valor calórico las
hortalizas deberían estar presentes en un gran porcentaje en una dieta contra
la obesidad.
Fibra
dietética: Del 2 al
10% del peso de las hortalizas es fibra alimentaria. La fibra dietética es
pectina y celulosa, que suele ser menos digerible que en la fruta por lo que es
preciso la cocción de las hortalizas para su consumo en la mayor parte de las
ocasiones. La mayoría de las hortalizas son ricas en fibra (berenjena,
coliflor, judías verdes, brócoli, escarola, guisante).

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